Magia

“Como por arte de magia” la primera vez que oímos esa frase es siendo niños. En el terreno de la fantasía donde uno puede volar donde el tiempo siempre está a nuestro favor, pero cuando nos volvemos adultos nos damos cuenta que nada sucede por arte de magia, lo curioso es que seguimos deseando que así sea que por arte de magia regrese eso que nos hizo felices.

Quisiéramos tener una varita mágica y realmente no es que pidamos mucho no queremos hacer realidad lo imposible tan solo que con un leve toque las cosas pequeñas y hermosas sucedieran o al menos que por arte de magia aparezca alguien que nos diga las palabras mágicas que nos iluminen y que nos hagan comprender en qué consiste este juego que se llama vivir.

El hombre es un ser fantasioso por naturaleza tanto que a veces se olvida que lo que vive es consecuencia de sus actos y no de la magia.

Se dice que bien esto está sucediendo como por arte de magia y como la magia parece real entonces también las cosas malas se las achaca el destino a la fatalidad no alcanza a ver que tienen un orden, una causa.

Es comprensible pensar que siempre hay un momento de azar, de misterio que nos pone al frente de situaciones especiales tanto que las buscamos tanto que se alejaron.

Y de pronto ahí están cuando ya habíamos renunciado a buscarlas, ahí están frente a nosotros, no son mentira pero como no sabemos qué hacer frente a ellas sentimos que aparecieron para probarnos como por arte de magia.