El tiempo

El tiempo lo cura todo, los males físicos y los males del corazón. Aunque el tiempo no es una garantía de que no queden secuelas. Las cicatrices que nos dejó la vida tampoco garantizan que no estemos despiertos a buscar otra dosis de dolor quizás porque somos adictos a ella o porque sentimos que valió la pena sufrir a cambio de hacer algo bueno.

Desde luego hay quienes se evaden en el dolor y creen estar en un lecho de rosas, solo para despertar un día y darse cuenta que desde hace tiempo están más bien en un lecho de espinas.

Hay un tiempo para competir, otro para apoyar a quienes queremos y uno más para reencontrarnos y recordar que tal vez no nos han abandonado.

A menudo el tiempo nos pide paciencia, también nos pide aprender de nuestros errores y ahí es donde el hombre cree que aprender esa lección del tiempo es volver a lo mismo, repetirnos porque ahora si, segun nosotros va la buena.