Compartir
Hay gente con la que compartir los momentos mas intimos de tu vida, aspectos de ti que muy raramente otras personas llegaran a conocer pero incluso las personas mas cercanas a nosotros en cierto modo son desconocidos.
Nos lanzamos al vacío con la única arma de la confianza ciega sin saber que a veces sentado a nuestra mesa bajo nuestro propio tejado podemos estar compartiendo nuestras vidas con el enemigo.
Pues si uno nunca sabe dónde se esconde el enemigo, uno nunca sabe quien realmente es su enemigo hasta que tiempo después en retrospectiva nos preguntamos, “cómo hice para no darme cuenta?
Podemos comer, dormir y no saber qué planes o agendas secretas tiene para nosotros, a veces no es más que reconciliarnos con alguien que una vez fue nuestro peor enemigo, nosotros mismos.
A veces el enemigo es ese que no podemos o no queremos ver, o bien el fantasma que por mas que tratamos de enterrar no nos deja en paz, nos persigue nos exige lealtad nos orilla a una búsqueda que nos tortura y nos llena de dudas.
No comments:
Post a Comment