Fantasmas
El hombre no es otra cosa más que el fantasma que nos habita, esos que siendo niños imaginábamos debajo de la cama o escondidos en el armario, hasta que un día nos damos cuenta de que vivían dentro de nosotros mismos.
Los fantasmas son chabacanos arrastran cadenas, se lamentan, sufren porque están llenos de angustia, de celos, de miedo, de espanto.
Los fantasmas no espantan, ni atormentan a nadie más que a nosotros mismos. Pero cuando esos fantasmas ya no caben en el corazón entonces salen furiosos, cargados de todo ese miedo, esos celos y esa angustia a buscar a quien espantar.
Los fantasmas a veces se disipan con la luz del día o con los artificios que nosotros mismos encontramos para ahuyentarlos.
Los fantasmas temen solo una sola cosa nuestros deseos de poner las cosas en claro pero esclarecerlas no siempre resulta y entonces los hacemos más fuertes.
Los fantasmas adquieren cuerpo y es cuando tenemos dos posibilidades, volver a ser el niño asustado o enfrentarlos con todas las fuerzas y posiblemente espantarlos para siempre.
No comments:
Post a Comment