La sal

La sal es tan valiosa que en tiempos romanos fue una moneda de cambio tan valioso que de ahi viene el termino salario, la sal es símbolo de abundancia pero también de ese de “Cuidado no me eches la sal” es decir “la mala suerte” y luego está eso de que hay gente que es “la sal de la tierra” con lo cual queremos decir que tiene grandes virtudes como la inteligencia, la chispa, el ingenio y la capacidad de ser guías de los demás.

También la sal se ofrendaba a los Dioses para que perdonaran los errores humanos aunque claro hay casos que ni varias toneladas de sal ofrendadas a los Dioses del arrepentimiento podrían evitar que volvamos a hacerlo mal.

La sal se comparte para bien o para mal para que le ponga sabor a las cosas o para que nos escalde la lengua.

La duda es querer quedarse con lo insípido o echarle sal a la vida, aunque si no tenemos cuidado en el menú que preparamos puede ser incomestible y cuando se derrama la sal no queda más que quedarnos quietos esperando que todo nuestro terror repentino sea pura superstición.

Hay muchas ganancias que los seres humanos queremos para nuestro propio beneficio pero se resumen en una sola cosa, la ganancia de la verdad, el problema es que mi verdad no suele ser la tuya y viceversa.

Es entonces que nos damos cuenta que la verdad esta en el fondo del abismo “alguien quiere lanzarse a buscarla?”

Dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, no se los borrachos pero los niños si, ellos siempre dicen la verdad, porque se olvidan de ella, no les obsesiona, juegan se dejan llevar por el instante, no hacen planes para convencer a nadie de nada.

Lo más verdadero de la verdad es que no hay una verdad para todos, pero como nos encanta pensar que asi es y que la vamos a imponer a como dé lugar.